jueves, 10 de enero de 2008

ELOGIO DE ELEGIA PARA JOSE AGUSTIN GOYTISOLO

Pues busqué en el olvido
un remedio al peor mal y no lo hallé
fui niño solo…



Así como REMEDIO AL PEOR MAL, el de aquella generación presa del olvido, la de los años cincuenta que poco a poco florece de boca en boca, sus versos fructifican en el pecho de cada lector, haciéndose eco de los diversos amores que puede cultivar el ser humano.
Contemporáneo del compromiso político-social, junto a poetas como Jaime Gil de Biedma, Ángel González o José Ángel Valente, sus elegías acarician la belleza hasta un extremo infinito que embauca los sentidos de un dulce sabor melancólico, abriendo una puerta al recuerdo y a la inspiración propia de aquel que se zambulle entre sus líneas.
En sus poemas relucen palabras ora poéticas ora convencionales, capaces de crear un lienzo de belleza a base de versos, sentimentalismo e ideales perfectamente diluidos con un pincel de tinta:


QUIZA CREI AMPARARTE

Nunca te dije toda la verdad.

No hablé
del polvo y sus arañas
de la noche metiéndose en el bosque
del agudo piar de los pájaros en los amaneceres
sórdidos de noviembre
del tronco hendido del nogal
ni de la lividez del panadero.

No sé. Quizá creí ampararte
al silenciar lo que me hería a mi.



Y en el fin, lo que aquí veis… quitándome el sombrero, la recomendación de su obra, en especial la compilación de ELEGIAS A JULIA GAY donde se engloban EL RETORNO y EL FINAL DE UN ADIOS:


CANTANDO COMPAÑERA

Alguien me dijo en sueños:
de la cueva del odio no se sale
cantando.
¡Ah compañera!
Tú que me hallaste como un rey mendigo
cuando tenía sed y la fuente
era sólo agua pútrida encharcada
ayúdame.
Que me acaricien tus manos hasta el alba que rocen
mi cuerpo tus cabellos
que tu voz acompañe a la mía porque entonces
si saldré de la cueva cantando
compañera

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