Como en tu caso, Ángel González, `` los poetas nunca mueren; en cada uno de sus versos quedan vivas las células de su ingenio´´
Civil, como sus versos, como sus mas profundos pensamientos: poesía para y por el pueblo. Así, con una ceremonia civil, se despide el poeta asturiano: un adiós mas poético no podría ser; un adiós rodeado de motivos de elegía:
Lagrimas, sollozos, emoción,
tristeza, recuerdo… tu cuerpo y ceniza es sólo uno;
tus restos mortales incinerados, Angel González… un féretro.
Un féretro, el tuyo entre rosas
y el viento tras el largo viaje de la vida: tus cenizas
vuelan libres a la ciudad del origen.
Así, la enfermedad que te llevó a la poesía,
así ésta que te aparta de ella,
pero queda inolvidable
el recuerdo de tu palabra: la verdad de tus versos.
Se despide un profesor, un corrector de estilo, un hombre, el poeta del sentimiento y la melancolía, testigo como tantos otros compañeros de generación, de la guerra atroz que marcó su vida y como tal su poesía:
``Ciudad Cero´´, Tratado de urbanismo (1967)
Una revolución.
Luego una guerra.
En aquellos dos años- que eran
la quinta parte de toda mi vida-.
yo había experimentado sensaciones distintas.
Imaginé mas tarde
lo que es la lucha en calidad de hombre.
Pero como tal niño,
la guerra, para mi, era tan sólo:
suspensión de las clases escolares,
Isabelita en bragas en el sótano,
cementerios de coches, pisos
abandonados, hambre indefinible,
sangre descubierta
en la tierra o las losas de la calle,
un terror que duraba
lo que el frágil rumor de los cristales
después de la explosión,
y el así incomprensible dolor de los adultos,
sus lágrimas, su miedo,
su ira sofocada,
que, por algún resquicio,
entraban en mi alma
para desvanecerse luego, pronto,
ante uno de los muchos
prodigios cotidianos: el hallazgo
de una bala aún caliente,
el incendio
de un edificio próximo,
los restos de un saqueo
-papeles y retratos
en medio de la calle…
todo pasó.
Todo es borroso ahora, todo
menos eso que apenas percibía
en aquel tiempo
y que, años mas tarde,
resurgió en mi interior, ya para siempre:
este miedo difuso,
esta ira repentina,
estas imprevisibles
y verdaderas ganas de llorar.
Ángel González
Un hasta pronto a un poeta galardonado con el premio Antonio Machado, premio Príncipe de Asturias, premio internacional de Salermo… miembro de la Real Academia Española; un hasta pronto al ser humano que muestra con sus versos la realidad de un hombre condenado a un melancólico paso del tiempo y a un mundo en el que llega a dudar de su propia existencia; Así nos lo refleja en su poema titulado DE OTRO MODO, donde dice:
Cuando
escribo
mi
nombre,
lo siento
cada día
más
extraño.
¿Quién
será ése?
me
pregunto.
Y no sé
qué
pensar.
Ángel.
Qué raro.
Un hasta pronto al poeta humilde que se define con sus versos: ``fatigado rehén, yo,
prisionero´´
Adiós a uno de los nuestros; no, adiós no, hasta pronto. Para tí, desde mi vulgar literatura:
`` y en la losa de tu fin
una rosa es tu recuerdo´´
POSDATA: PRESCRIPCIÓN DE ÁNGEL GONZÁLEZ:
NADA ES LO MISMO
La lágrima fue dicha.
Olvidemos
el llanto
y empecemos de nuevo,
con paciencia,
observando a las cosas
hasta hallar la menuda diferencia
que las separa
de su entidad de ayer
y que define el transcurso del tiempo y su eficacia.
¿A qué llorar por el caído
fruto,
por el fracaso
de ese deseo hondo,
compacto como un grano de simiente?
No es bueno repetir lo que está dicho.
Después de haber hablado,
de haber vertido lágrimas,
silencio y sonreíd:
nada es lo mismo.
Habrá palabras nuevas para la nueva historia
y es preciso encontrarlas antes de que sea tarde.
ÁNGEL GONZÁLEZ
una rosa es tu recuerdo´´
POSDATA: PRESCRIPCIÓN DE ÁNGEL GONZÁLEZ:
NADA ES LO MISMO
La lágrima fue dicha.
Olvidemos
el llanto
y empecemos de nuevo,
con paciencia,
observando a las cosas
hasta hallar la menuda diferencia
que las separa
de su entidad de ayer
y que define el transcurso del tiempo y su eficacia.
¿A qué llorar por el caído
fruto,
por el fracaso
de ese deseo hondo,
compacto como un grano de simiente?
No es bueno repetir lo que está dicho.
Después de haber hablado,
de haber vertido lágrimas,
silencio y sonreíd:
nada es lo mismo.
Habrá palabras nuevas para la nueva historia
y es preciso encontrarlas antes de que sea tarde.
ÁNGEL GONZÁLEZ
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